miércoles, 14 de diciembre de 2011

Baila con tu Alma y Libera tus Emociones

Disfruto la libertad de mi alma bailando con mi cuerpo. Me siento volar como un ángel y tocar el cielo por un instante. Estoy segura de que estoy conectada con el universo.

¿Qué sería la vida sin diversión? No me interesa mucho contestar esa pregunta porque la diversión es una parte muy importante en mi vida. Creo que mi propósito en la vida es ser feliz y no hay felicidad sin placer y alegría. Por lo que mi pregunta es ¿cómo puedo crear más diversión en mi vida? ¿Cómo puedo tener un día lleno de alegría y placer? Siempre me hago preguntas alentadoras. Preguntas que me ayuden a mejorar mi vida y al mismo tiempo traerme nueva información que puedo aprender y practicar cada día.

Me gusta empezar mi día feliz y de buen humor. Tengo una rutina mañanera que incluye dos o tres minutos de agradecimiento antes de dejar mi cama, una hora de ejercicio físico y meditación activa y oración, a la que yo llamo mi conexión con mi fuente creadora. Creo que mis emociones son la verdadera conexión con el universo. Siempre estoy buscando formas para expresar mis emociones, esas emociones que están llenas de vibras positivas. Hace tres meses incorporé una sesión de 10 minutos de baile como mi conexión con el universo, dos días por semana. He tenido muy buenos resultados y quiero compartirlo con ustedes.

¡Bailo con mi alma! Bailo conmigo misma y nadie más. Dejo a mi intuición guiar mis movimientos. Algunas veces sigo la música y otras veces sigo mis pensamientos; sonrío, rio, lloro, no retengo ninguna emoción dentro de mi. Dejo que mi cuerpo exprese todas mis emociones. Siento mi cuerpo en movimiento. Disfruto la libertad de mi alma bailando con mi cuerpo. Me siento volar como un ángel y tocar el cielo por un instante. Estoy segura de que estoy conectada con el universo. Estoy segura de que soy una preciosa parte de él y puedo crear la vida que merezco.

Mis palabras no son suficientes para describir la sensación de ésta experiencia. Me toma solo diez minutos y me ayuda a elevar mis vibras positivas, a estar alerta de mis pensamientos y mis emociones y a tener un día maravilloso. Te invito a intentarlo y tener una nueva y maravillosa experiencia.

Todos sabemos los beneficios de bailar, pero he aquí unos cuantos:

Físicos:

Ayuda al sistema cardiovascular: Bailar estimula tu circulación sanguínea y por ende, mejora todo tu cuerpo.

Fortalece tus músculos: Fortalece los grupos musculares e incrementa tu flexibilidad, fuerza y resistencia.

Mejora tu coordinación: Cuando bailas estás mejorando tu agilidad y la coordinación de movimiento y tu equilibrio. Es un buen ejercicio para tu cerebro, mejora tu concentración y tu memoria.

Mejora tu imagen: Bailar te ayuda a drenar líquidos y toxinas de tu cuerpo y remueve excesos de grasa. Tu piel se verá más suave y brillante. Bailar también corrige malas posturas.

Mental:

Reduce tu estrés: Bailar te permitirá relajarte y desestresarte.

Fortalece tu confianza: Promueve la autoconfianza y la claridad de pensamiento.

Incrementa tu autoestima: Bailar te ayuda a expresar tus emociones ya canalizar la adrenalina.

Bailar tiene muchos beneficios para ti y tu cuerpo, sin embargo bailar con tu alma es una experiencia completamente diferente. Recuerdo cuando leí el libro “La Bruja de Portobello”, de Paulo Coelho. Es una historia fascinante sobre Athena, una mujer que entendía las fuerzas de la naturaleza y usaba el baile para expresarse. “Cuando bailo soy una mujer libre. Mejor dicho, soy un espíritu libre, que puede viajar por el universo, mirar el presente, adivinar el futuro, transformarse en energía pura. Y eso me proporciona un inmenso placer, una alegría que está mucho más allá de las experiencias que he vivido, y que viviré a lo largo de mi existencia”, dice Athena. Y cuando bailo con mi alma puedo identificarme completamente con sus palabras.

Alguna gente dice que el baile actúa directamente en los centros de energía del cuerpo, removiendo bloques, tensiones, y problemas de comunicación entre estos centros, armonizando y dejando fluir éstas energías por todo el cuerpo. Otras personas usan la terapia de baile para mejorar el bienestar físico y mental. Esto basado en la creencia de que la mene y el cuerpo trabajan juntos.

He aquí lo que hago cuando bailo con mi alma: Escucho la música que me gusta. Puede ser música de orquesta o música con letras. Es mucho mejor si las letras son motivadoras. Tomo un respiro profundo y relajo mi cuerpo. Empiezo a moverme con el ritmo de la música. Cierro mis ojos y me enfoco en cosas o eventos felices. Juego con mi imaginación. Me hablo a mí misma, digo todas las cosas buenas que quiero en mi vida. Dejo que mi cuerpo siga mi instinto, mi alma. Muevo mis pies, brazos, manos, cadera y todo lo demás con libertad. Me olvido de la “realidad”, solo vivo el momento y doy permiso a mis emociones de fluir. Realmente siento la conexión entre cuerpo y alma, entre yo y el universo. Cuando termino, tomo un respiro profundo y doy gracias a Dios por todas las cosas hermosas que tengo en mi vida.

Lo sé, suena extraño y loco, pero tan pronto como lo intentes, lo amarás. Recomiendo hacerlo por la mañana, pero si no tienes tiempo puedes hacerlo a cualquier hora durante el día. Hazlo cuando estés solo o con alguien que ames y confíes. No temas intentar cosas nuevas. Necesitamos salir de nuestras rutinas y hacer cosas diferentes si queremos tener resultados diferentes y cambiar nuestra vida.

Tus emociones deciden lo que obtienes del universo, lo que estás atrayendo a tu vida. Tus emociones son la conexión verdadera con tu fuente creadora. Es tiempo de dejar fluir tus emociones y hacer tu vida más feliz. ¡Baila con tu alma y conéctate con tu ser interno!

domingo, 11 de septiembre de 2011

5. EL AMOR NECESITA SU ESPACIO, LA CREATIVIDAD TAMBIÉN

La palabra despacio contiene a la palabra espacio, y me gusta porque me recuerda que algunos vacíos son buenos. Cuando estamos ocupados, -todos el tiempo y mucho-, no dejamos hueco para que suceda nada más. Por eso me gustan los espacios que sirven para experimentar, para probar, para no tener que acertar a la primera. Las prisas nunca fueron buenas compañeras de la creatividad (hay estudios que demuestran que la gente no es más creativa bajo presión, sino al revés), y tampoco lo son del amor, que necesita sus tiempos, coincidir en el momento, la predisposición personal y a veces incluso, el espacio físico.

4. LAS IDEAS NO SE IMPONEN, Y COMO EL AMOR, FUNCIONAN POR ATRACCIÓN

Las buenas ideas son como las buenas historias: juegan con elementos de-pull (atracción) en lugar de -push (presión). Con el amor sucede algo parecido: no le gusta que le fuercen, no le gusta que le impongan, no le gusta que le exijan. ¿Serán las personas especialmente creativas especialmente originales en el amor?

3. LAS BUENAS IDEAS MEJORAN EL MUNDO, EL AMOR TAMBIÉN

A veces pienso que si todos sacáramos a pasear nuestro lado más creativo y fuéramos un poco más cariñosos, el mundo iría mejor, mucho mejor. Las buenas ideas mejoran la vida de las personas y hacen feliz a la gente: el amor también.

EL AMOR NOS HACE VULNERABLES, LA CREATIVIDAD TAMBIÉN

Cuando experimentas algo nuevo, sientes la arena moverse bajo tus pies. Las ideas, las buenas ideas, siempre llegan de la mano del riesgo y la experimentación. Lo mismo sucede cuando te enamoras de alguien; de pronto, te ruborizas al pensar en esa persona, no sabes si será mutuo o sólo imaginaciones tuyas, y sientes una cierta fragilidad empujándote suavemente a salir de tu perímetro de seguridad.

1. LA CREATIVIDAD, COMO EL AMOR, ES UNIVERSAL

Todos somos creativos, y a todos nos gusta querer y que nos quieran. Para demostrar lo primero se han puesto en marcha experimentos como "The 1000 Journals Project", que ya tiene diez años de vida. Comprobar lo segundo es muy fácil: basta con observarnos un poco para ver lo bien que todos reaccionamos ante el cariño.

miércoles, 2 de julio de 2008

QUIERO

Quiero que me oigas, sin juzgarme.
Quiero que opines, sin aconsejarme.
Quiero que confíes en mi, sin exigirme.
Quiero que me ayudes, sin intentar decidir por mi
Quiero que me cuides, sin anularme.
Quiero que me mires, sin proyectar tus cosas en mi.
Quiero que me abraces, sin asfixiarme.
Quiero que me animes, sin empujarme.
Quiero que me sostengas, sin hacerte cargo de mi.
Quiero que me protejas, sin mentiras.
Quiero que te acerques, sin invadirme.
Quiero que conozcas las cosas mías que más te disgusten,
que las aceptes y no pretendas cambiarlas.
Quiero que sepas, que hoy,
hoy podés contar conmigo.
Sin condiciones.